viernes, 5 de agosto de 2011

Momentos

Segundos en los que el roce de un problema se acaba convirtiéndose en un quemadura que te queda de por vida bajo la piel, en los que te ves incapaz de luchar contra ellos, porque siempre pudiste luchar contra las sombras, pero te ves incapaz de luchar contra en eclipse.
Ruidos de la multidud que se introducen en la cabeza y te la comen por dentro desencadenando locuras insostenidas dentro de tu cabeza en la que a veces es imposible dominar.
Risas que parecen mascaras de tristeza ante una multitud que solo aprecia el exterior por la gente en la que su propio interior solo es exterior.
Llega el momento en que te acostumbras a vivir en un mundo rodeado de mascaras y disfraces, en el que los problemas los tienes que esconder detrás del espejo común donde nadie se mira.
Llega un momento en el que te tienes que callar la puta boca las ganas de explotar y decir lo que piensas, y poner esa puta falsa sonrisa y avanzar en tu puta vida cotidiana en la que ni siquiera tu sabes que haces ahí metido, en un mundo en el que no elegiste estar, lleno de capullos que te hacen la zancadilla ya sin darse cuenta, y mientras intentar ayudar a esas personas que necesitan levantarse por culpa de los gilipollas egocéntricos que solo piensan en su propia piel y no les importa joder a los demás si su felicidad se entromete entre ellos.

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